marzo 15, 2025
Chico Martínez: La vida es más importante que un pedacito de nuestro cuerpo, un legado de trabajo y superación

Con una vida dedicada no solo a la construcción de obras emblemáticas sino también al bienestar de su comunidad, el ingeniero Nelson Manuel Martínez, conocido cariñosamente como “Chico”, continúa dejando una profunda huella en el campo de la construcción en San Francisco de Macorís, pese a su condición de salud por una cirugía en su pierna derecha. Su nombre se asocia tanto con importantes proyectos de infraestructura como con gestos humanitarios y un ejemplo de resiliencia.

Nacido en 1949, hijo del ingeniero Rafael Ulises Martínez y la profesora Ana Modesta Mena (Nanán), Chico se ha destacado por su calidez humana y por su profesionalismo. Padre de cinco hijos y abuelo de cuatro nietos, su familia ha sido el pilar de una vida marcada por la dedicación, la entrega y el amor al prójimo.

A lo largo de su carrera, Chico ha dejado huellas imborrables en la infraestructura de San Francisco de Macorís y más allá. Participó en la construcción de numerosos edificios, casas familiares y remodelaciones, así como la urbanización de calles en Vista al Valle y la Urbanización Piña III.

Entre sus obras de mayor impacto profesional y social, destaca su participación en la construcción del Estadio Julián Javier al inicio de su carrera, trabajando junto a ingenieros de la talla de Salomón Rizek y José Ml. Sánchez Méndez.

Además, llevó a cabo la construcción para la CODAL ahora (NESTLÉ), de la primera planta en nuestro país (1975). Otra obra de gran importancia fue la construcción para Tenería Acra de una toma de agua subterránea para el río Jaya y una planta de tratamiento para los desechos de la fábrica.

Su compromiso con la comunidad se reflejó también en el diseño y construcción de la primera filial nacional del Centro de Rehabilitación de Inválidos en San Francisco de Macorís, ubicada al lado del Hospital San Vicente de Paúl. Asimismo, estuvo a cargo de la construcción y remodelación del edificio de oficinas de Rizek Cacao y de la planta de secado y clasificación de café de la factoría Rizek. Entre sus logros también figura la construcción del único parqueo de cuatro niveles en estructura metálica en San Francisco, propiedad del Gran Porvenir.

Uno de los pilares fundamentales en la vida de Chico fue su madre, Ana Modesta Mena (Nanán), quien como educadora le inculcó el amor por el estudio y las buenas prácticas de vida. “Mi madre me enseñó a valorar la educación y a ser un hombre de bien. Gracias a sus enseñanzas, pude desarrollar una carrera basada en la honestidad, la honradez y el compromiso”, expresó con gratitud.

Esa influencia materna fue clave para que, además de su carrera en la ingeniería, se destacara también en la educación, formando a generaciones de profesionales con el mismo enfoque de vida.

Sin embargo, su vida dio un giro inesperado cuando una condición de salud derivó en la amputación de su pierna derecha. Martínez, quien ya había superado cirugías complejas por problemas circulatorios, enfrentó una nueva trombosis que no pudo ser revertida. A pesar del reto, su actitud positiva se convirtió en una inspiración para muchos.

“La vida es más importante que un pedacito de nuestro cuerpo”, expresó.

“Te das cuenta de que la vida sigue siendo hermosa y que, a pesar de todo, podemos seguir disfrutando de las bendiciones que Dios nos da”.

Durante su proceso de adaptación, el apoyo incondicional de su esposa, hijos, hermanos y amigos jugó un papel crucial.

 Chico Martínez acompañado de su primer nieto
Chico Martínez acompañado de su primer nieto

“Me hicieron sentir que aún sin esa pierna, yo era muy importante para ellos”, recordó.
Esta red de amor y soporte le permitió seguir activo en su profesión, aunque con menor intensidad.

 Chico Martínez acompañado de su último nieto
Chico Martínez acompañado de su último nieto

Su dedicación no se limitó a la construcción. Chico también dejó su marca como educador, siendo profesor en el Colegio La Salle y en la Universidad Católica Nordestana (UCNE), donde impartió clases desde 1978 hasta 2017.

Fue el primer decano de la Facultad de Ingeniería de la UCNE y preparó la Maestría en Administración de la Construcción, un logro que considera un reconocimiento a su calidad humana y profesional.

En 2022, el Colegio Dominicano de Ingenieros, Arquitectos y Agrimensores (CODIA) Regional Nordeste le rindió un merecido homenaje. Para Chico, este reconocimiento simbolizar décadas de dedicación y su contribución a la formación de nuevos profesionales.

Entrega de reconocimiento a Chico Martínez
Entrega de reconocimiento a Chico Martínez

“Me siento orgulloso de ser un ejemplo de honestidad, honradez y amor al trabajo para mis hijos”, afirmó con humildad.

Al recordar su época como estudiante de la primera promoción de ingenieros civiles de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) tras la Revolución de Abril de 1965, Chico destaca las amistades y las enseñanzas que lo acompañaron durante su vida. “Todavía muchos profesores me recuerdan por mi primer apellido y mi ciudad de procedencia”, comentó con una sonrisa.

Su mensaje a la comunidad de San Francisco de Macorís es simple pero profundo: “Agradezco el reconocimiento como un profesional capacitado y honesto, y el respeto con el que siempre me han tratado”.

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Fuente: santiagodigital.net

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