marzo 14, 2025
Arzobispo de Homs: «Hay que preguntarse quién paga a los yihadistas que cometen matanzas en Siria»

«Su sede episcopal fue ocupada por el ex ‘califato’ de Estado Islámico, y su residencia bombardeada durante la guerra. Pocos pueden expresar mejor en primera persona las penalidades del conflicto que el arzobispo católico de Homs, Jean Abdo Arbach. Se encuentra estos días en Madrid invitado por la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada. Hoy tendrá junto al cardenal José Cobo un encuentro de oración en la catedral de La Almudena.—¿Cómo han vivido los cristianos sirios la guerra civil y ahora la llegada al poder de un líder rebelde islamista?-Los cristianos sirios, católicos y ortodoxos, estamos unidos, tenemos una sola voz en el país, que se materializa en las declaraciones conjuntas de nuestros patriarcas. Esta unidad de criterio ante los problemas nos ha dado fuerza para soportar las adversidades.-¿Tienen cifras del impacto del conflicto en la Iglesia siria?-Antes de la guerra el país tenía 21 millones de habitantes. Hoy somos 14 millones. Más de seis millones han emigrado al Líbano, Jordania, Turquía, Europa y a otros países. Los cristianos siempre hemos constituido alrededor del 10 por ciento de la población; hoy calculamos que el porcentaje ha bajado al 4 por ciento. -¿Cómo reaccionó la comunidad cristiana tras las matanzas de civiles chiíes a manos de milicianos suníes la semana pasada?-Lo primero que nos preguntamos es ¿quién está detrás de esa masacre? Nadie lo sabe a ciencia cierta. Por encima de nuestra condición religiosa, los sirios amamos a nuestra patria, y eso me hace pensar en intereses ocultos y no en venganzas entre musulmanes suníes y chiíes. Pero hay que esperar a la investigación.COMUNIDAD CRISTIANA EN ALEPO Imágenes de la oficina del Vaticano en Alepo, cerradas a cal y canto. Abajo a la izquierda, la iglesia Madre Teresa de Alepo y Llia, cristiana de la ciudad IGNACIO GIL-En una guerra civil siempre se desatan odios acumulados…-No me gusta hablar de guerra civil en Siria. Creo que por el contrario ha sido una guerra internacional, movida por países e intereses extranjeros que buscan algún provecho.-¿De cuáles sospecha?-Como recordará, en 2014, ya comenzada la guerra, el movimiento global yihadista Estado Islámico llegó a apoderarse del 70 por ciento del territorio de Siria. Mi sede episcopal, Homs, cayó por ejemplo en sus manos y comenzó en esa ciudad una persecución sistemática de cristianos. La llegada del Estado Islámico produjo una reacción para acabar con su ‘califato’ y la guerra se convirtió en internacional.-El actual presidente de Siria, Ahmed al Sharaa, fue durante la guerra el ‘hombre fuerte’ de la provincia de Idlib, tomada por los rebeldes. Allí, su movimiento islamista contó con la ayuda de yihadistas de Estado Islámico. ¿Cómo contempla la Iglesia de Siria el diálogo con el nuevo régimen?-Sé que al principio, después de que los rebeldes de Al Sharaa tomasen Idlib, hubo persecución de cristianos. Pero pasado un tiempo, los representantes de la Iglesia abrieron un diálogo con él. Confiamos en que su promesa de que el nuevo sistema político de Siria incluirá a las minorías religiosas sea una realidad. Tenemos una comisión que cada semana se reúne con el gobierno en Damasco.-¿Cuáles son los problemas más acuciantes que han puesto sobre la mesa?-El primer problema que tenemos todos los sirios es la seguridad, especialmente desde que la Policía ha desaparecido de las calles. Para los cristianos, eso implica garantías para poder ir a la iglesia. Luego está el problema de la multitud de desplazados por la guerra y de la falta de trabajo.-¿Cómo era la convivencia con la mayoría musulmana antes de la guerra?-La convivencia entonces era total. Los cristianos sirios no pueden vivir sin los musulmanes, y estos tampoco sin los cristianos. Cuando empezó el conflicto llegaron los yihadistas, que proclamaron la ‘guerra santa’ en nombre del islam. No todos son sirios.-¿Qué debería hacer el nuevo régimen con ellos? ¿Expulsarles?-Hay que preguntarse quién les paga, quién les arma. -Si el presidente Al Sharaa quisiera desprenderse de ellos, ¿por qué ha nombrado a seis yihadistas extranjeros entre los 50 altos cargos del nuevo ejército sirio?-Esa respuesta debe tenerla él. Todos en Siria conocen la situación, y también los gobiernos europeos. Es preciso saber quién paga a los yihadistas extranjeros -que son muchos-, quién les arma, qué objetivos tienen en Siria. El país se ha convertido en territorio donde mandan también otras potencias. Turquía tiene sus soldados en el norte; también Estados Unidos, en apoyo de los kurdos; en el sur Israel ha ocupado territorio. -Una vez terminada la guerra ¿por qué no se levanta el embargo?-Es una pregunta que muchos se hacen y creo que se relaciona con los planes que algunos maquinan para Siria. Hay hambre y colas de cinco horas para adquirir el pan, la electricidad está limitada en muchos sitios a dos horas diarias…No hay petróleo porque está en territorio que controla Estados Unidos. No hay fábricas. Cuando al principio de la guerra Turquía entró en Alepo, esta era la ciudad más rica e industrial de la región. En poco tiempo los turcos destruyeron mil fábricas…No son los gobiernos los que sufren, sino el sirio de a pie, la familia, sea cual sea su religión.-¿Qué pediría en estos momentos a los católicos del mundo?-Lo más importante es la oración. El ser humano no se salva a sí mismo, lo dice Jesús en el Evangelio, solo Dios salva. «Yo os doy la paz, no como el mundo la da». Esa ha sido siempre la clave.

Fuente: abc.es

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