marzo 19, 2025
Más palo y menos zanahoria para eliminar a Hamás

«La polémica decisión del Gobierno que preside Netanyahu de hacer saltar por los aires el acuerdo de tregua con Hamás representa a primera vista un acto de matonismo. Así lo define el diccionario: un uso desproporcionado de la fuerza -que al parecer ya ha causado centenares de víctimas civiles en Gaza, entre ellas decenas de niños- para imponer la propia voluntad.¿Quién tiene razón en la disputa sobre lo pactado en enero? Tel Aviv dice que el resto de rehenes, vivos y muertos, que aún tiene Hamás en sus túneles deberían haber sido ya entregados a principios de este mes. Añade además que los radicales estaban preparando un ataque. Hamás replica que lo que se pactó hace dos meses fue la retirada total del Ejército hebreo en paralelo a la entrega de rehenes, cosa que no ha ocurrido.Este pulso, en el que chocan versiones distintas, se superpone a otro de política interna israelí. La Inteligencia hebrea, el Shin Bet, ha presionado al primer ministro conservador para que acepte lo pactado, retire el ejército y consiga los rehenes; solo después será oportuno valorar si queda alguna cuenta pendiente con Hamás. Netanyahu, alentado por los aliados más radicales de su gabinete, dio su ‘no’ categórico a ese planteamiento y anunció el lunes la destitución del jefe del Shin Bet. Antes de que esta medida pudiera votarse en el Gobierno, el primer ministro dio la orden de ataque al ejército israelí. El conflicto en Gaza presenta así, en el plano interno, dos sectores claramente enfrentados: el de quienes -empatizando con las familias de los rehenes- abogan por hacer lo imposible por los 59 rehenes que aún están en manos de Hamás, 24 de ellos posiblemente aún vivos; y el sector más duro, en el que milita el propio Netanyahu, que da prioridad a la eliminación de Hamás para que nunca vuelvan a repetirse los sucesos del 7 de octubre de 2023. El objetivo de la liberación de rehenes es concreto, tangible. El de la destrucción de Hamás, como entidad militar y política, es un objetivo no mensurable, y por tanto fácil de manipular por un gobierno que esté dispuesto a prolongar ‘sine die’ las operaciones del ejército dentro de la Franja de Gaza.En este punto crucial del problema, en el que no es fácil atisbar cuál de las dos partes cederá tras el manotazo de Netanyahu en el tablero de juego, el papel de Donald Trump pasa a ser decisivo. El Gobierno israelí afirmó ayer que toda la operación de bombardeos en Gaza se hizo «con el conocimiento de Washington» y por tanto contando con su beneplácito. «El infierno se desencadenará si Hamás no libera a los rehenes», dijo en su día Trump, antes de anunciar su idílico proyecto de futuro para Gaza. A fecha de hoy, con el acuerdo de tregua herido de muerte, solo otra solución alternativa de Trump, ojalá más realista, puede dar un rayo de esperanza.

Fuente: abc.es

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