
«Gaza se desangra a la espera de un alto el fuego que podría abrir las puertas a un final negociado de la guerra entre Israel y Hamás que supera los veinte meses. Donald Trump dijo a primera hora del viernes que la respuesta de Hamás llegaría «en las próximos 24 horas» y poco después los islamistas anunciaron a través de un comunicado que habían iniciado las consultas «con los líderes de las fuerzas y facciones palestinas en torno a la propuesta» que le entregaron en El Cairo los países mediadores. «El movimiento presentará una decisión final después de que finalicen las consultas y la anunciará oficialmente», explicó Hamás en una jornada cargada de incertidumbre en la que todos los ojos se fijaron en la respuesta de los islamistas. Hamás exige garantías a Estados Unidos de que esta tregua temporal será el paso previo al final definitivo de la guerra, algo a lo que se opone Israel. Según el Canal 12 israelí, para superar este obstáculo, Trump «se compromete a que las negociaciones sobre los términos para poner fin a la guerra continuarán incluso después del alto el fuego temporal y que hará todo lo que esté a su alcance para ayudar a las partes a llegar a un acuerdo sobre los términos de un alto el fuego permanente». El presidente estadounidense se ofreció por tanto como garante de una negociación seria para que las armas callen de maneras definitiva. Trump moderó su discurso sobre el futuro de la Franja, no hizo alusión al plan de levantar allí la Riviera de Oriente Próximo o de tomar el control del territorio con tropas estadounidenses y se limitó a decir que «quiero que la gente de Gaza esté segura, lo más importante». Una visión que no molesta a sus aliados árabes, que no veían con buenos ojos la posibilidad de expulsar a los dos millones de gazatíes, sobre todo jordanos y egipcios. La hora de NetanyahuBenjamín Netanyahu cuenta con la doble presión de Trump y de casa. ‘The Jerusalem Post’ dedicó su editorial a la posibilidad de lograr el alto el fuego. Bajo el título «Tras el éxito en Irán, así se puede acabar estratégicamente la guerra de Gaza, el diario de la ciudad santa explicó que «Netanyahu se enfrenta a un momento crucial: poner fin a la guerra con Hamás, traer a los rehenes de vuelta a casa y emprender un nuevo camino hacia la paz. Un alto el fuego puede conducir a la normalización regional, pero es hora de un liderazgo decisivo».El primer ministro israelí ha hecho esta semana dos cosas que nunca había hecho desde el ataque de Hamás del 7 de octubre: poner a los rehenes como prioridad en su agenda y visitar el kibutz de Nir Oz, uno de los lugares más afectados en el asalto de los islamistas. Estos pasos indican su disposición a seguir el consejo de Trump y buscar el final a la operación en Gaza tras un intercambio que garantice el regreso seguro a casa de la veintena de rehenes que quedan con vida y la entrega de los cuerpos de los demás. Urge un alto el fuego en una Franja en la que los israelíes han intensificado sus operaciones y ordenado nuevas evacuaciones forzosas, esta vez de Khan Younis hacia la masificada zona de Al Mawasi, que en su día fue etiquetada de «humanitaria». Además de la amenaza de los bombardeos, los gazatíes se enfrentan desde hace cinco semanas a la amenaza de muerte en la que se han convertido los puntos de distribución de comida de la Gaza Humanitarian Foundation (GHF). Son más de 600 los muertos a tiros en estos centros de reparto, según el recuento de la ONU. Además de los militares israelíes, contratistas estadounidenses que custodian estos lugares han estado utilizando munición real contra los palestinos, según relatos y videos obtenidos por la agencia Associated Press. Una auténtica «trampa mortal», como los califican en Naciones Unidas. Futuro de HamásA falta de conocer más detalles sobre las negociaciones, los principales medios israelíes establecieron la permanencia de Hamás en el poder como una línea roja y diferentes altos cargos pusieron su desmantelamiento y desarme como condiciones para esa negociación sobre el final de la guerra que se tendría que desarrollar durante los dos meses de tregua. El diario saudí ‘Asharq News’ informó que los dirigentes de Hamás han mostrado «flexibilidad» en el tema del desarme, exigido por Israel como condición para un alto el fuego permanente. Citando a altos cargos anónimos del movimiento, este medio aseguró que el grupo podría comprometerse a cerrar las operaciones de fabricación de armas en Gaza y aceptar el exilio temporal de varios de sus líderes. Hasta ahora esto nunca lo han aceptado en el grupo islamista. Israel señaló al comandant e Izz al-Din al-Haddad, como nuevo líder del ala militar tras la muerte de Muhammad Sinwar, hermano de Yahya, el cerebro de la operación del 7 de octubre. The New York Times aseguró que el nuevo responsable «se opone firmemente a los esfuerzos israelíes para apartar a Hamás del poder, por lo que podría bloquear cualquier intento de liberar a todos los rehenes restantes antes del fin total de la guerra». Un recién llegado que se enfrenta al momento más delicado de la historia del grupo.
Fuente: abc.es