marzo 17, 2025
Assad trató de salvarse con un desesperado llamamiento a Biden y Trump

«En las últimas horas de su dictadura heredada, abandonado a su suerte por sus patronos en Moscú, Teherán y Beirut , Bashar al Assad hizo lo impensable en medio de la tribulación: intentó desesperadamente contactar a los dos presidentes de Estados Unidos, el saliente y el electo. Les propuso un improbable acuerdo para evitar lo que su régimen describió como una inminente toma de poder por parte de yihadistas radicales, advirtiendo que ello desestabilizaría aún más toda la región.La respuesta de Joe Biden y Donald Trump fue la negativa. Assad estaba solo. Caída la madrugada de este domingo, el dictador huyó en un vuelo, dejando atrás el derrumbe de un régimen de medio siglo de puño de hierro.Según reveló la agencia Bloomberg antes de la caída, una de las propuestas que Assad hizo llegar a Estados Unidos, a través de Emiratos Árabes Unidos, fue cortar todos los lazos con las milicias respaldadas por Irán, como Hezbolá , y distanciarse de Rusia si las potencias occidentales intervenían para salvarle.Noticia Relacionada estandar Si La caída de Assad, un duro golpe para un Putin debilitado por Ucrania Rafael M. Mañueco | Corresponsal en Moscú Rusia, que protegió durante años al dictador sirio, puede perder su posición e influencia en Oriente PróximoEn otro intento, Assad envió a un asesor cristiano a reunirse con el primer ministro húngaro, Viktor Orbán , para advertirle sobre la amenaza que los islamistas que se disponen a tomar el poder representan para las minorías religiosas en Siria. El objetivo era que Orbán, aliado de Trump, transmitiera este mensaje al presidente electo de Estados Unidos, según las mismas fuentes.Los cristianos representan alrededor del 10% de la población de Siria, aproximadamente 2 millones de personas. Siria, de mayoría suní, alberga una compleja diversidad religiosa: alauíes, cristianos, drusos y chiíes conviven junto a los suníes . Los cristianos sirios, divididos en varias denominaciones —ortodoxos, católicos y protestantes—, gozaron de relativa protección bajo el régimen de los Assad, que se presentó como garante de la diversidad frente al islamismo radical.La matanza de MaalulaLa violencia que se desató tras el inicio de la guerra civil en 2011 también alcanzó a los cristianos. Uno de los episodios más utilizados por la dictadura para justificar su narrativa fue la matanza de Maalula, una pequeña localidad cristiana al norte de Damasco, conocida por ser uno de los últimos lugares donde aún se hablaba arameo, la lengua de Cristo.En 2013, los yihadistas del Frente Al-Nusra asaltaron el pueblo, ejecutaron a civiles y destruyeron iglesias centenarias. Los residentes que no lograron huir fueron obligados a convertirse al islam bajo amenaza de muerte, en una masacre que conmocionó a la comunidad cristiana y al mundo, dejando en evidencia el creciente peligro para las minorías religiosas en Siria.Mientras Assad recuperaba terreno, el lema de ‘Recordad Maalula le sirvió para buscar apoyo en Rusia, de mayoría cristiana ortodoxa, y en algunos sectores de Europa, aunque sin demasiado éxito.Un fracasoLos acercamientos de Assad a Biden y Trump han sido un fracaso. La Casa Blanca ha mantenido un escrupuloso silencio, limitándose a señalar que «el presidente ha seguido de cerca la situación». Por su parte, Trump, de viaje en París , rechazó intervenir con un mensaje en redes sociales en el que afirmó que «ese conflicto ya no es problema de EE.UU. y debe resolverse sobre el terreno».Horas después de esas declaraciones, el régimen de Assad se derrumbó ante la pasividad de iraníes y rusos, sumado al debilitamiento de Hizbolá, golpeado en los últimos meses por Israel.Aún pesaba el resquemor en esta Casa Blanca, demócrata, por una afrenta de hace más de una década. En 2012, Barack Obama declaró que el uso o movimiento de armas químicas por parte del régimen de Assad sería una «línea roja» que cambiaría la política de Estados Unidos hacia el conflicto.La advertencia surgió tras informes sobre el posible uso de armas químicas contra civiles. En agosto de 2013, un ataque con gas sarín en Guta, un suburbio de Damasco, dejó más de 1.400 muertos. Sin embargo, pese a la presión internacional, Obama decidió no intervenir militarmente, optando en su lugar por un acuerdo negociado con Rusia para desmantelar el arsenal químico sirio.Esta decisión debilitó la credibilidad de Estados Unidos en la región y fortaleció temporalmente la posición de Assad y sus aliados. Para muchos, fue el símbolo de la falta de respuesta occidental ante las atrocidades del régimen.

Fuente: abc.es

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