marzo 15, 2025
Al rescate de los muertos en la guerra de Ucrania: «Si no fuera por nosotros, se quedarían ahí para siempre»

«No queda nada en pie en Dovgenske: todas las casas están en ruinas y todos los coches son un amasijo de óxido. Está a unos 20 kilómetros al sur de Izium, y aunque desde otoño de 2022 es un lugar relativamente seguro, nadie ha vuelto porque aquí no hay nada. Ya pasado el pueblo, Oleksiy detiene la furgoneta a un lado del camino junto a una parte del bosque con la tierra ennegrecida y los troncos de los árboles negros y desmochados. Como el pueblo, esta parte del bosque tampoco ha revivido. «Por aquí encontramos veintiún muertos», dice Oleksiy. En una de las puertas traseras de la furgoneta pone Platsdarm y en la otra, « Búsqueda de muertos ».Platsdarm es una organización fundada por Oleksiy Yukov . Sus miembros buscan cadáveres de soldados ucranianos y rusos muertos en combate para que sus familias puedan enterrarlos. A Oleksiy hoy le acompaña Artur, también voluntario de Platsdarm. Aunque es una organización civil, visten ropa de camuflaje. Toman un camino a pie; un kilómetro más abajo, salen del camino y se adentran en el bosque hasta cruzar el límite entre las regiones de Donetsk y de Járkov. Ya estuvieron antes allí, primero desminando el terreno y luego buscando cadáveres. Hoy vienen a llevarse uno de los que encontraron.Noticia Relacionada Operación Flujo estandar Si Agazapados durante días en un gasoducto: la misión de Rusia para expulsar a Ucrania de Kursk Rafael M. Mañueco | Corresponsal en MoscúOleksiy se detiene y señala al suelo: no se ve nada. Entonces remueve la hojarasca y aparecen una tibia y un peroné que salen de una bota. Dice que es de un soldado ruso, por el uniforme, pero tampoco es del todo seguro porque, llegado el caso, un soldado ucraniano que se encontrase aislado podría ponerse el uniforme de un soldado ruso muerto para pasar desapercibido. Luego encontrarán una hebilla de cinturón del Ejército Rojo , oxidada, con la hoz y el martillo. Si más adelante las muestras de ADN no coincidieran con las de ningún soldado ucraniano, pues tendrá que ser ruso, y se mirará de negociar con las autoridades rusas para intercambiar estos restos óseos por los de algún soldado ucraniano.Oleksiy y Artur buscan restos óseos entre la tierra y la hojarasca Alfons Cabrera«Me duele cada ser humano que ha muerto en esta guerra de mierda» Oleksiy Yukov Fundador de Platsdarm«Me duele cada ser humano que ha muerto en esta guerra de mierda», dice Yukov. «También tenían familias y querían volver a casa, pero han muerto lejos de su país y se quedarían aquí para siempre si no fuera por nosotros». Algo más allá tienen también localizados los cadáveres de tres soldados ucranianos , y vendrán a por ellos más adelante. «Los rusos han olvidado que hace 85 años estábamos juntos en la misma trinchera luchando contra los nazis», dice Yukov, «y ahora sus nietos vienen aquí a matarnos porque somos ucranianos, porque hablamos ucraniano».Oleksiy y Artur clavan las rodillas en el suelo y se ponen a remover las hojas y la tierra. Pronto encuentran la otra tibia pegada a la otra bota, y a dos metros, el otro peroné. Los huesos están algo esparcidos y además algunos están desmenuzados o calcinados. Dice Yukov que quizá le mató una mina mientras reptaba y las municiones que llevaba en el chaleco ardieron. A veces encuentran las partes mucho más esparcidas, si un animal se come la carne, y la búsqueda en estos casos puede alargarse hasta una semana.Pero estos son problemas menores en comparación con los riesgos a los que se enfrentan los voluntarios de Platsdarm. Cualquier campo de batalla, aunque el frente se haya alejado, es un terreno potencialmente minado. Además, Oleksiy y sus compañeros a menudo van a buscar a los muertos a frentes activos: «Si no recuperas un cuerpo rápido, luego puede ser demasiado tarde», dice Yukov. Lo dice porque el fuego y las bombas podrían no dejar nada, o porque ese trozo de tierra lo podrían ganar los rusos. ¿Vale la pena arriesgar la vida por un muerto? «Lucharon por protegernos y murieron. Ellos tampoco querían morir».Artur y Oleksiy cargan los restos mortales del soldado Alfons CabreraCuanto más subamos los huesos, están menos enteros. Los fémures aún, pero la pelvis está muy fragmentadaArtur lo documenta todo con el móvil haciendo planos cortos de aquello que encuentran, y después coloca unos marcadores en el suelo allí donde hay algo. Han extendido una lona blanca en el suelo y ahí Oleksiy va colocando los huesos ordenadamente, como un rompecabezas al que le falta alguna pieza. Artur le acerca la primera bota con la tibia y el peroné, y Oleksiy la coloca, y desde aquí van subiendo, poco a poco, reconstruyendo el esqueleto . Cuanto más subamos, los huesos están menos enteros. Los fémures aún, pero la pelvis está muy fragmentada. Las vértebras, de las torácicas para arriba, están ennegrecidas y parcialmente consumidas por el fuego; también los brazos, sobre todo el derecho. El cráneo está destrozado: es un cúmulo de pequeños trozos de color negro.Una vez reconstruido el esqueleto, vuelven a echarse al suelo para hacer una búsqueda más cuidadosa de fragmentos tan pequeños que apenas se pueden separar de la tierra. Y al final, Artur mete todo en una bolsa negra grande (huesos, hebilla, cantimplora, casco…) y cierra la cremallera. Oleksiy deja las municiones y las placas del chaleco antibalas junto a un árbol, y marca el árbol con una cinta blanca y roja.Deshacen el camino hasta la furgoneta, ahora cargando la bolsa con los restos del soldado . «Cuando los recogemos del frente es mucho peor», dice Yukov, «porque hay que hacer más kilómetros y con el chaleco puesto. Y no podemos llevarlos en la bolsa porque el plástico hace reflejos, así que nos llevamos al muerto en brazos». Además pesan más porque no son sólo huesos, pero esto no lo dice.

Fuente: abc.es

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