
En el Colegio Cochero Azul Montessori, se inscribe la familia. Así lo afirma su directora académica, la licenciada Cecilia Batista de Gómez, al explicar en entrevista para EL JAYA, el enfoque educativo de la institución académica que a partir del año lectivo 2025-2026 tendrá capacidad de darle continuidad al desarrollo a la educación basada en la metodología Montessori.
Este centro educativo que en noviembre pasado celebró sus 12 años de servicio, adquirió unas instalaciones con el objetivo de ampliar su oferta educativa y completar el ciclo académico hasta el bachillerato. La expansión responde a la creciente demanda de familias que buscan una formación integral, centrada en el respeto por el ritmo de aprendizaje de cada estudiante.
El Colegio Cochero Azul es el único centro educativo de la región Nordeste en ofrecer el método Montessori, creado por la pedagoga italiana Maria Montessori en 1912 y ahora tendrá una mayor capacidad para ofrecer un ambiente que promueve el aprendizaje autónomo, la exploración científica y el desarrollo del pensamiento crítico.

La institución está ubicada en la Urbanización Almánzar dentro de los terrenos del Hotel Las Caobas. En un complejo de nueve mil metros cuadrados de terreno y cerca de dos mil metros cuadrados de construcción.
«En esta expansión se habilitarán nuevos espacios diseñados específicamente para los niveles superiores del bachillerato. Esto incluye 16 salones en el segundo nivel, los cuales están en proceso de equipamiento con laboratorios de ciencias, salas de matemáticas y tecnología, y áreas de trabajo colaborativo para que los estudiantes continúen desarrollando habilidades esenciales para su futuro académico y profesional», explicó el Ing. Héctor Gómez, Director Administrativo.
El Colegio Cochero Azul no utiliza el concepto tradicional de “aulas”, sino que sus espacios educativos son denominados ambientes, tal como establece la filosofía Montessori. Cada ambiente está cuidadosamente preparado para responder a las necesidades específicas del desarrollo del niño, ofreciendo materiales concretos, orden, libertad de movimiento y estética.
La nueva sede ha permitido aumentar la capacidad y organizar los niveles educativos por etapas de desarrollo: Infantes y andarines: para los más pequeños; Casa de Niños: niños de 3 a 5 años; Taller I: edades entre 6 y 8 años (equivalente a 1.º a 3.º grado); Taller II: niños de 9 a 11 años (equivalente a 4.º a 6.º grado); Taller III o Secundaria: a partir de séptimo grado, con salones y espacios adaptados al modelo de aula invertida.
Además, la institución cuenta con área de comedor y cocina, áreas verdes y espacios abiertos, zona de deportes, laboratorio de computación y programas especiales como clases de ajedrez, música, educación física e interacción con el idioma inglés.

“Aquí no se improvisa. Cada ambiente tiene su material, su lógica, su orden. El niño aprende a respetar el turno, a devolver el material al lugar exacto y a convivir con otros en armonía. Todo tiene un propósito”, expresó el director administrativo.
Con estos espacios, el Colegio Cochero Azul garantiza un entorno propicio no solo para la adquisición de conocimientos académicos, sino también para el desarrollo personal, emocional y social de cada estudiante.
¿En qué consiste el método Montessori?
La Lic. Batista, experta en pedagogía Montessori y formadora de maestros explica que el método Montessori es una filosofía educativa desarrollada por la doctora María Montessori, que concibe al niño como un ser integral, capaz de aprender por sí mismo en un ambiente preparado y respetuoso de su ritmo de desarrollo. A diferencia del modelo tradicional, esta metodología promueve la autonomía, la autodisciplina, la exploración libre y el respeto por las diferencias individuales.
El método se basa en un triángulo compuesto por tres pilares fundamentales, el primero es el ambiente, que es un espacio cuidadosamente diseñado, estructurado y rico en estímulos, que permite al niño moverse libremente, elegir sus materiales de trabajo y explorar de manera activa. Este entorno es ordenado, estético y funcional, promoviendo la concentración, el respeto y la independencia. Cada objeto o material tiene un propósito específico y se utiliza de manera concreta para construir aprendizajes abstractos.
El segundo, La guía Montessori (el adulto), no se trata de un maestro tradicional, sino de un acompañante del proceso. La guía observa, conoce a profundidad a cada niño y lo orienta con sensibilidad, paciencia y respeto. Está preparada académicamente y emocionalmente para provocar en el niño el deseo de aprender, respetando su ritmo, sus intereses y su etapa de desarrollo.
“La guía no impone contenidos, sino que provoca curiosidad, fomenta la observación y acompaña con ternura el descubrimiento del mundo”, afirmó la directora académica del colegio.
Y el tercer pilar es el niño, que es el centro del proceso educativo. En el método Montessori se parte del principio de que cada niño tiene dentro de sí un impulso natural por aprender. El rol del sistema educativo es nutrir esa motivación innata, no sofocarla.
“Desde que nace, el niño explora con sus sentidos, se lleva todo a la boca, toca, siente. Esa curiosidad es su manera de aprender”, explica Batista.
Por eso, se respeta su ritmo, sus intereses y sus etapas de desarrollo, conocidos como períodos sensitivos.
Además, el método fomenta el trabajo colaborativo entre niños de distintas edades, conocidos como ambientes multigrado, lo que permite que los más pequeños aprendan de los mayores y que los mayores desarrollen empatía, liderazgo y tolerancia.
Otro de los principios clave del método Montessori es la educación emocional. Desde pequeños, los estudiantes aprenden a gestionar sus emociones, a esperar su turno, a convivir con respeto y a resolver conflictos de manera pacífica.
“Aquí no hay premios ni castigos. Hay conciencia, hay respeto y hay un proceso de aprendizaje donde cada niño es valorado por lo que es y no comparado con los demás”, explica.
El método Montessori busca formar seres humanos libres, responsables, críticos y sensibles, capaces de pensar, crear y convivir en armonía con su entorno.

Aulas invertidas: un modelo dinámico para la secundaria
La ampliación del ciclo académico del bachillerato, el Colegio Cochero Azul implementará el modelo de aula invertida en los niveles de secundaria. Esta metodología transforma la dinámica tradicional del aula, donde el maestro dicta desde un único espacio, y en su lugar, permite que el estudiante sea quien se traslade entre salones especializados según la materia correspondiente.
“En el sistema tradicional, el maestro entra al aula y los estudiantes lo esperan sentados mirando la pizarra. En nuestro modelo, es el niño quien se mueve. Él tiene su horario y se desplaza al salón de matemáticas, al laboratorio de química, al espacio de lengua española. Así se dinamiza el aprendizaje”, explicó el director administrativo, Héctor Gómez Rodríguez.
Esta propuesta ofrece múltiples beneficios, permite que cada asignatura se imparta en un espacio acondicionado con los materiales, recursos y ambiente apropiado para el contenido específico; fomenta la autonomía, la organización del tiempo y el sentido de responsabilidad en los estudiantes.
Además, las aulas invertidas estarán integradas al enfoque Montessori, manteniendo el principio del ambiente preparado, el respeto por el ritmo del alumno y el aprendizaje activo y colaborativo.
“No es que el maestro persigue al estudiante, es que el estudiante sabe a qué salón debe ir, en qué momento, y encuentra allí un espacio listo para su aprendizaje”, puntualizó Gómez.
Las familias interesadas en conocer esta propuesta educativa pueden visitar sus instalaciones o comunicarse al 809-244-6310 para coordinar un recorrido personalizado. Más información en su página web: https://elcocheroazul.com/ y redes sociales: @cocheroazulsfm.



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Fuente: santiagodigital.net