
«Las elecciones locales del jueves en Inglaterra marcaron un hito inesperado en el equilibrio político nacional. Reform UK , el partido liderado por Nigel Farage , se consolidó como el gran ganador al obtener 677 escaños, asumir el control de 10 de los 23 consejos en disputa y sumar dos alcaldías metropolitanas. Farage calificó los resultados como «el fin del bipartidismo» y «la muerte del Partido Conservador», al tiempo que celebró el triunfo en la ajustada elección parcial de Runcorn y Helsby , donde su formación se impuso a los laboristas por solo seis votos . También arrebató a estos últimos el control del consejo de Doncaster , una de sus plazas históricas.En el Partido Conservador , el golpe ha sido devastador. Perdieron 676 concejales y los 15 consejos que mantenían antes de las elecciones, en uno de los peores reveses electorales que ha sufrido la formación en su historia reciente. Kemi Badenoch , líder tory, describió la jornada como un «baño de sangre» en una columna en ‘The Telegraph’, en la que reconoció que las advertencias de un diputado anónimo el año anterior, que anticipaba una «carnicería total» en estas elecciones , se confirmaron de forma precisa. «Lamento profundamente ver a tantos concejales conservadores capaces y trabajadores perder sus escaños. No se lo merecían, y no fueron ellos la razón por la que perdimos», escribió Badenoch.A pesar de la magnitud de la derrota, varios referentes del partido han negado que la situación represente una amenaza existencial. En cambio, centraron su discurso en cuestionar la viabilidad de Reform UK desde la gestión local. Richard Fuller , responsable en la sombra del Tesoro, afirmó en una entrevista con GB News que el nuevo desafío para Farage será gobernar. «Ya no basta con señalar problemas. Ahora deben buscar soluciones , aunque sea en el ámbito local, para las personas en lugares como Lincolnshire o Hull, donde ganaron las alcaldías», declaró. «Verán que no existen respuestas simples para las finanzas públicas a nivel local. Deberán tomar decisiones difíciles y los ciudadanos los juzgarán por ello».Noticia Relacionada estandar No El Palacio de Buckingham se pronuncia tras la explosiva entrevista del Príncipe Harry Daniella Bejarano El duque de Sussex lamentó la distancia con su padre y aseguró que «no sabe cuánto tiempo le queda», mientras el Palacio sostiene que los tribunales ya resolvieron el conflicto de forma «meticulosa»El Partido Laborista tampoco escapó a las turbulencias. Aunque logró retener el control en las alcaldías de North Tyneside, Doncaster y West of England, perdió 186 concejales y cedió el dominio del consejo de Doncaster, donde Reform obtuvo una victoria emblemática. Algunas voces internas expresaron su malestar con el rumbo del partido. La diputada Emma Lewell-Buck , representante de South Shields desde 2013, calificó de «desconectada» la insistencia en repetir el mensaje de acelerar el plan de cambio. «Lo que se necesita es un cambio de plan», afirmó con contundencia.La diputada Rachael Maskell , de York Central , coincidió en señalar un alejamiento del partido respecto a sus valores fundacionales. En declaraciones a la BBC, aseguró que los votantes esperaban una respuesta clara ante tiempos difíciles, algo que no encontraron en el Partido Laborista. «Cuando el laborismo no cumple con esa expectativa de proteger a las personas, estas buscan ayuda en otros lugares», expresó. Consideró que el partido debe aprender de estos resultados y comprometerse con las necesidades concretas de la ciudadanía.El primer ministro y líder laborista, Keir Starmer , intervino en el debate con un artículo publicado en ‘The Times’. En él, evitó el tono autocrítico y centró su mensaje en el largo plazo. Apostó por una «renovación nacional» que, según sus palabras, solo será posible si se garantiza seguridad económica, sanitaria y fronteriza. «Un cambio de esa magnitud llevará tiempo. Pero es mi prioridad, ahora y cada día que viene», escribió. También advirtió sobre las propuestas simplistas de sus rivales políticos: «La lección de estas elecciones no es que el país necesite más promesas políticas ni fervor ideológico. No existe una solución mágica, como aseguran nuestros oponentes».Los datos confirman el profundo cambio en la correlación de fuerzas. Una proyección elaborada por la BBC, extrapolando los resultados a unas elecciones generales, ubicó a Reform UK en primer lugar con el 30% del apoyo, seguido por el Partido Laborista con un 20%. Los Liberal Demócratas alcanzarían el 17%, los Conservadores quedarían relegados al cuarto lugar con un 15% y los Verdes sumarían un 11%, cifras que muestran un debilitamiento del sistema tradicional de dos partidos.«La lección de estas elecciones no es que el país necesite más promesas políticas ni fervor ideológico. No existe una solución mágica, como aseguran nuestros oponente» Keir Starmer Primer ministro del Reino Unido y líder del Partido LaboristaRoger Gough , exlíder conservador del consejo de Kent, consideró que su formación atraviesa una crisis sin precedentes. En la última elección contaban con 62 de los 81 escaños y ahora solo conservaron cinco. «No existe un caso comparable en toda la historia del consejo», afirmó en BBC Radio 4. Gough opinó que el Partido Conservador necesita presentarse nuevamente como una fuerza con «respuestas serias a los desafíos del país» . Sin embargo, evitó cualquier mención a fallas estratégicas o al actual liderazgo, y se sumó al discurso que desvía el foco hacia Reform.Por su parte, Nigel Farage definió la jornada electoral como «un hito verdaderamente histórico» y afirmó que «marca el final de la política de dos partidos como la hemos conocido durante más de un siglo» . Reform UK no solo irrumpió en las urnas; también colocó a Sarah Pochin como su quinta diputada en Westminster tras ganar el escaño de Runcorn y Helsby.En medio de este nuevo escenario, ni los conservadores ni los laboristas parecen dispuestos a mirarse al espejo y a leer el mensaje emitido por los votantes, a juzgar por sus reacciones, en las que señalan los errores ajenos y no los propios, como defendió la diputada laborista Rachael Maskell, quien justificó la derrota diciendo que «hemos heredado una mano de cartas muy mala».
Fuente: abc.es