abril 20, 2025
El sentido redentor del dolor

No es un secreto para nadie que vivimos en un mundo que rechaza el dolor. Que habitamos en una sociedad que muestra fobia al sufrimiento, que niega con la mente y con la actitud, que existen situaciones dolorosas. Por eso, se ha hecho común, una búsqueda constante por vivir la existencia inmersa en el entretenimiento, en el ocio y con un afán desmedido de cuidar la salud y el bienestar personal. Pero sabemos que en el fondo, lo que se persigue es sustituir la realidad por deseos y caprichos que no generan cambios en el orden de la naturaleza.

Seamos realistas: la vida no se hizo para negar el dolor, sino para encontrarle el sentido del mismo. La Cuaresma a lo largo de sus 40 días, nos va mostrando a través del Hijo de Dios, como el sufrimiento sana y libera. Nos va enseñando que es necesario: “encontrarle el lado dulce a las situaciones amargas”. También lo dice la Sagrada Escritura: todo lo que le sucede al ser humano es para su bien” (cf. Rm 8, 28). Además, dice un principio de la teología católica: “Lo que no se asume, no se redime”. En otra palabra, que se hace necesario comprender y asumir todos los momentos que nos toca vivir a todos como seres humanos.

El psiquiatra y filósofo austriaco, Viktor Franl, en su libro “El hombre en búsqueda de sentido”, en uno de sus fragmentos dice lo siguiente: “Al hombre se le puede quitar todo, menos una cosa: la última de las libertades humanas: elegir su actitud en cualquier circunstancia, elegir su propio camino”. Lo que quiere decir entonces que la actitud, la manera de ver el sufrimiento y el dolor es lo que hace la diferencia en cada persona que cruza por este mundo”. Incluso, se le atribuye al filósofo Epicuro el siguiente pensamiento: “No nos afecta lo que pasa sino lo que nos decimos sobre lo que nos pasa”.

Aparentemente, parece injusta la vida, porque tenemos que lidiar con enfermedades, accidentes, muertes, etc.; sin embargo, es el sufrimiento nos mantiene despiertos. Jesucristo ha tomado ese sufrimiento para redimirnos, para elevar el dolor a un sentido de salvación y le ha dado un toque de esperanza. Esta es la razón, por la que el sufrimiento solo se entiende desde la vida cristiana, desde la mirada de Dios, porque solamente cuando se cambia el porqué por el para qué, la perspectiva existencial adquiere otro enfoque.

Todavía sigue vigente la expresión popular: “Si del cielo te caen limones, aprende hacer limonada”. Y aunque parezca romántica la frase, en esta vida hay que tener resiliencia, encontrar la capacidad de resistir y seguir, porque el sufrimiento tiene el objetivo de hacernos madurar. Ya lo dice la frase conocida: “Lo que no te mata, te hace más fuerte”. Y como seguimos vivos, tenemos que decidir entre quedarnos lamentando por el diseño de este mundo o vivir con los pies en la tierra para sacarle partido a todo lo que nos hace daño…

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Fuente: santiagodigital.net

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