marzo 25, 2025
Encuentros Añoranza Revolucionaria  (I)

La década de 1970, singularizada por la efervescencia revolucionaria emanada de la Revolución Constitucionalista de 1965 y la consiguiente subyugación coercitiva/restrictiva de la ilustrada dictadura derechista de Joaquín Balaguer, configuró una legionaria falange de jóvenes que en Barahona activaron por el cambio socio-político desde las trincheras de los grupos estudiantiles, los clubes culturales y los partidos de izquierda. Y, luego de 50 años, la casi generalidad de ellos continúa profesando principios progresistas o militando en organizaciones de ideas socialistas.

Un primer selecto grupo de dirigentes del progresismo social, que llevan como último activo haber participado en todas las actividades organizadas por la Marcha Verde (2017-2020), compartió amenamente -sin discursos- en un Encuentro de Añoranza Revolucionaria, que tuvo como convite en la terraza de la vivienda de la capital dominicana de quien escribe, el convocante. ¡Bienvenidos, camaradas!

Los abrazos fraternos, las sonrisas rejuvenecidas y las vistas embelesadas en las canas, impidieron que rememoráramos las enardecidas discusiones, en voz alta, aquellas en los pasillos del Liceo Secundario Federico Henríquez y Carvajal de Barahona sobre la ruptura chino-soviético, la confrontación entre la Unión Soviética y Estados Unidos, en los trazos de la Guerra Fría, ni de la invasión de esta última potencia a Camboya. Tampoco mencionamos los términos marxista-leninista, castro-guevarista-debraístas, trostkistas, revisionistas, foquistas, anarquistas, oportunistas, agentes de la CIA ni nazi fascistas, nuevamente en boga.

El Encuentro de Añoranza Revolucionaria se engalanó con la presencia de dos respetables figuras que, con el peso de los años a cuesta y una experiencia política envidiable, relatan los episodios vividos con memorias de elefantes, porque fueron tan impresionantes que calaron en las honduras interhemisféricas cerebrales. Más adelante veremos.

El primero en edad, Raúl Cuevas Ramírez (Las Salinas, Barahona, 11 de abril de 1937: 88 años), desde 1961 fungió como dirigente del Movimiento Revolucionario 14 de Junio, el Partido Socialista Popular (PSP), el Partido Comunista Dominicano (PCD), el Movimiento Cuestionador del PCD en Barahona, y el Partido de la Unificación Comunista (PCU).

Otro héroe asistente fue Aquiles Reynoso Paulino (San Francisco de Macorís, 9 de enero de 1939: 86 años), quien participó en la guerrilla que en 1963 encabezó Manuel Aurelio Tavárez Justo (Manolo), en el Movimiento Popular Dominicano (MPD) post-Trujillo; en el levantamiento armado de 1965 en San Francisco de Macorís, en la Revolución del 24 de Abril de ese año, en la dirección del Partido Comunista de la República Dominicana (Pacoredo) y como conductor-orientador de esta organización en Barahona.

Al evento social -sin panfletos, consignas ni arengas aunque sí con copas de vino- acudieron Luis (Gueñé) Jiménez y Luis Cárdenas, antiguos cuadros del Movimiento Popular Dominicano (MPD); Pilar de Jesús Suárez, antigua militante del Pacoredo y Pablo Graciano, exdirigente de la Línea Roja del 14 del Junio y de Bandera Proletaria, que dirigió Juan B. Mejía.

Igualmente compartieron Héctor López Acosta, Rafael Cuevas, Raúl Féliz (Munana) y Manuel Antonio Suero (Mantó), antiguos simpatizantes del Pacoredo, así como Fausto Bueno Bueno, colaborador de los combatientes constitucionalistas de 1965 y luego del Bloque Socialista.

Los vetustos militantes de izquierda si evocamos los micro-mítines y la distribución clandestina de panfletos, la caída de decenas de revolucionarios, las deportaciones, persecuciones y prisiones de que fueron víctimas durante el régimen de Joaquín Balaguer (1966-1978), carismático líder del Partido Reformista.

También recontaron pasajes relevantes de los grupos que operaban en el liceo Federico Henríquez y Carvajal de Barahona (ubicado entonces en la hoy avenida Luperón, frente al Arco de Triunfo), como la Juventud Comunista (JC-Pacoredo), la Unión de Estudiantes Revolucionarios (UER-Línea Roja), el Frente Estudiantil Flavio Suero-MPD, la Juventud Revolucionaria Camilita (JRC-Corecato) y el Frente Revolucionario Estudiantil Nacionalista (FREN-PRD).

El ambiente recreativo -con música romántica y bachatas originarias de fondo- del Primer Encuentro de Añoranza Revolucionaria no permitió referir cómo la corriente roja, proponente del Estado de bienestar colectivo, apabulló entre los jóvenes al Partido Revolucionario Dominicano (PRD), liderado por Juan Bosch y José Francisco Peña Gómez, y al Partido Reformista, luego Partido Reformista Social Cristiano (PRSC), encabezado por Balaguer, con flacas estructuras organizativas.

Los adolescentes cualificados con madurez de la década de 1970 estaban imbuidos de un anhelo de cambio socio-estructural y, en esa búsqueda, se incorporaban a los movimientos sociales, como los clubes culturales, las agrupaciones estudiantiles y los partidos de vanguardia revolucionaria. Además, respaldaban a los gremios de obreros con igual objetivo: la conquista de la democracia y la libertad, la educación libertadora, la igualdad, el desmoronamiento del capitalismo consumista y la independencia del imperialismo estadounidense.

En la esfera de los valores, la identidad y las creencias, los jóvenes recalcaban en la prevalencia de la cultura nacional y popular edificantes, contra la americanización de la sociedad dominicana, los valores morales y cívicos, y contra la inmoralidad propiciante de la degeneración social, en una comunidad sana y risueña, prácticamente sin televisión, teléfonos, drogas ni delincuencia juvenil. Actuaban con equilibrio y madurez.

El sólido grado de conciencia fue forjado por las referencias sobre los crímenes macabros de la tiranía de Rafael Leónidas Trujillo Molina y el absolutismo del presidente Joaquín Balaguer: coacción, prohibiciones, supresiones, conculcación de derechos y otros actos deleznables.

En esa fragua incidieron notablemente, en la orla de la emulación del heroísmo, el triunfo de la revolución cubana (1959), comandada por Fidel Castro Ruz; la invasión de Constanza, Maimón y Estero Hondo (1959), conducida por Enrique Jiménez Moya; la sublevación armada de los integrantes del Movimiento Revolucionario 14 de Junio (1963), liderada por Manolo Tavárez Justo y la Revolución Constitucionalista (1965), encabezada por Francisco Alberto Caamaño Deñó.

La pasión y el deseo ilimitado de aprender amplios conocimientos, en el espinazo de la transformación del sistema jurídico y económico, impulsó la lectura de obras de trascendencia: El Libro Rojo, Cuatro Tesis Filosóficas y Sobre la Nueva Democracia (Mao Tse Tung); El Origen de la Familia, la Propiedad Privada y el Estado (Federico Engels); El Estado y la Revolución; Un Paso Adelante, Dos Pasos Atrás, y ¿Qué Hacer? (Vladimir Lenin), Fundamentos del Leninismo (José Stalin) y Contribución a la Crítica de la Economía Política (Carlos Marx).

Igualmente sedujeron, como ojeada y exégesis, las obras Vivir como él: Vida del Héroe Nguyen Van Troi (Thi Quyen), Fundamentos de la Economía Política (Petr Ivanovich Nikitín), Fundamentos de la Filosofía (Víctor G. Afabasuev), La Madre (Máximo Gorki), Así se Templó el Acero (Novela) (Nikolái Ostrovski) y Los Conceptos Fundamentales del Materialismo Histórico (Marta Harnecker).

Otros textos que obsequiaron como lección y recitación fueron Para la Reforma Moral e Intelectual (Antonio Gramsci), El Otoño del Patriarca y El Coronel no tiene quien le escriba (Gabriel García Márquez), el Reportaje Al Pie del Patíbulo (Julius Fuck), Papillón (Henri Charrière) y Campos Roturados (Mijaíl Shólojov).

Mimeografiados primero e impreso más tarde tanto clandestinos como legales, ilustraron en el saber y se grabaron como denuncias políticas los periódicos 14 de Junio, El Popular (PSP), Libertad (MPD), Servir al Pueblo (Línea Roja del 14 de Junio), Nuestra Palabra (Corecato); El Comunista, Espartaco, ¿Qué? y Despertar (Pacoredo), Nuevo Rumbo (revista teórica marxista-leninista conducida por Fidelio Despradel), la revista Impacto Socialista y el periódico Hablan los Comunistas (PCD), y otros. También, Pekín Informa, una revista china.

La barca del tiempo ha rodado, asentando para la historia cambios pronosticados e imprevistos en los horizontes global y nacional, mandando las señales de que esa formación y compromiso socio-político no ha variado para la aplastante mayoría de los susodichos jóvenes, aunque ahora con otros paradigmas y criterios. Los principios patrióticos, éticos y cívicos se han perpetuado, unos todavía desde la izquierda, otros en partidos liberales y terceros -la minoría- en parcelas que se encaraman en tenderos de mercaderes, agazapados en el carecimiento de principios.

La participación de aquellos jóvenes soñadores de la década de 1970 tuvo una alta significación en el aprendizaje sobre el capitalismo, el socialista, la lucha de clases, la soberanía nacional, la democracia y los valores socio-culturales y morales. Su grado de función crítica, en el análisis situacional y relacional, así como su conciencia histórica, se revela superior en el pensar y en las propuestas en las perspectivas futuras hacia el cambio superestructural.

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Fuente: santiagodigital.net

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