marzo 16, 2025
Macron, sin autocrítica, acusa a los franceses de no entender el adelanto electoral

«En un mensaje dirigido a la Nación, a través de todas las cadenas de radio y tv, la noche del jueves, Emmanuel Macron culpó a la extrema derecha y a la extrema izquierda de la grave crisis que vive Francia, confirmando que no dimitirá para «estar al frente» de un proyecto colectivo de «unidad, esperanza y serenidad para el bien de nuestra Nación», durante los treinta meses que todavía dura su mandato.El presidente de la República reconoció errores importantes, pero asumió las grandes decisiones que han culminado con una crisis política e institucional sin precedentes: la disolución de la Asamblea Nacional y la convocatoria de elecciones anticipadas, el mes de junio pasado.Sin embargo, Macron estima que el gobierno de Michel Barnier ha trabajado con eficacia y honestidad, para terminar siendo víctima de «fuerzas anti republicanas, como son la extrema izquierda y la extrema derecha». Desde la óptica personal del presidente, Marine Le Pen (extrema derecha) y Jean-Luc Mélenchon (extrema izquierda) han precipitado una crisis grave «por intereses personales», para intentar provocar unas elecciones presidenciales que nada justifica ni están previstas por la Constitución. «La extrema izquierda y la extrema derecha han elegido para Francia el camino del caos y el desorden», concluyó Macron.Ante el futuro inmediato, el presidente de la República anuncia el nombramiento de un nuevo primer ministro «los próximos días», que debiera presentar su programa de acción a mediados de este mismo mes de diciembre.Noticia Relacionada Tras perder la moción de censura estandar Si Macron acepta la dimisión de Barnier y le pide que siga en funciones Juan Pedro Quiñonero | Corresponsal en París Barnier y el resto de ministros deberán permanecer en funciones «hasta la nominación de un nuevo Gobierno», según una nota de la Presidencia gala«Gobierno abierto»Evitando entrar en detalles políticos concretos, Macron anunció un posible gobierno «abierto» que presentó con este «rostro» teórico: «Formaré un gobierno de interés representando a todas las fuerzas políticas del arco parlamentario que puedan y deseen participar, siempre que se comprometan, al menos, a no votar una nueva censura».Sin embargo, mientras tanto, la situación de caos político que denuncian todas las fuerzas políticas parlamentarias, de la extrema izquierda a la extrema derecha, pasando por el PS, el PCF, los Verdes, los conservadores históricos y los centristas próximos a Emmanuel Macron, puede agravarse con una crisis social dura, que dicen temer todos los sindicatos, que han convocado un rosario de huelgas y manifestaciones.Mientras Macron, en el Elíseo, y la clase política, en todas las cadenas de radio y tv, multiplicaban las intervenciones alarmistas , Sophie Binet, secretaria de la CGT (sindicato histórico) y Marylise Léon, secretaria general de la CFDT, primer sindicato nacional, lanzaban gritos de alarma tras una jornada de huelgas de todos los funcionarios de Francia.«Nuestros políticos deben tener en cuenta que Francia vive una crisis económica, social y democrática grave», declaró Binet, agregando: «No habrá gobierno que aguante si no responde con rapidez a la exigencia de la urgencia social».En el mismo tono, Léon declaró la tarde del jueves: «La urgencia social no puede seguir esperando a las tergiversaciones de nuestros políticos, complicándolo todo, agravando los deudas y los problemas sociales, cuando hay millares de puestos de trabajo amenazados».Grito de alarmaEse grito de alarma de los sindicatos más representativos coincide con la cólera apenas larvada de la opinión pública. Un 46 % de los franceses estiman que Emmanuel Macron es el «principal culpable» de la crisis política sin precedentes que vive Francia. Según el mismo sondeo, publicado por el matutino conservador Le Figaro, solo un 10 y un 11 % de los franceses consideran «culpables» a la extrema izquierda y la extrema derecha, que votaron la noche del miércoles la caída del gobierno. Se trata de un indicador de tendencia profundo: la Francia «proleta» y modesta, la Francia «multicultural», culpan a Macron de la crisis sin precedentes que pudiera agravarse en varios terrenos.En nombre de La Francia Insumisa (LFI, extrema izquierda), la diputada Mathilde Panot ha declarado: «Nuestro grupo parlamentario presentará una moción de censura contra cualquier proyecto de gobierno que no sea de izquierdas». Se trata de una advertencia inquietante. El Nuevo Frente Popular (NFP), que agrupa a todas las izquierdas, LFI, el PS, el PCF y los Verdes, ha elaborado su propio proyecto de gobierno, con Lucie Castets como candidata al cargo de primera ministra. Ese proyecto de gobierno no tiene ninguna posibilidad de ser aceptado por Macron, pero es otro indicador de tendencia.En una línea semejante, más hipócrita, quizá, Agrupación Nacional (AN), el partido de Marine Le Pen, lanzó dos advertencias la tarde del jueves.Primera advertencia: «Nos opondremos de manera frontal a un primer ministro de izquierdas. No habrá gobierno del Nuevo Frente Popular». Segunda advertencia:: «Dejaremos trabajar a otro tipo de gobierno que pudiera formar Macron. Pero, ojo, tendrá que cambiar los presupuestos del Estado, y tener en cuenta nuestras opiniones». Esa misma advertencia lanzó Le Pen contra Michel Barner, antes de votar la moción de censura y tumbar a su gobierno.Entre el PS, el centro y la derecha moderada hay partidarios de un posible «entendimiento» entre el «núcleo central» de las fuerzas republicanas. Se trata de una ambición tan piadosa como bienintencionada, de muy difícil realización práctica.Olímpico y solo, muy solo, en el Elíseo, Emmanuel Macron está barajando una posible lista de primeros ministros: François Bayrou, antiguo ministro de educación (centrista); Sébastien Lecornu , ministro de la defensa dimitido (centrista); Bruno Retailleau, ministro del interior dimitido (conservador), o Bernard Cazeneuve, ex primer ministro socialista, son algunos de los posibles candidatos al cargo de nuevo jefe de gobierno. Ninguno goza de simpatía entre el Nuevo Frente Popular (NFP), que agrupa a todas las izquierdas, ni en la dirección de Agrupación Nacional (AN, extrema derecha), el partido de Marine Le Pen.Macron anunció el miércoles que podría nombra un nuevo jefe de gobierno en 24 o 48 horas. El plazo comienza a cerrarse este viernes, en vísperas de la reapertura oficial de la catedral de Notre-Dame, sábado y domingo. Ante tal acontecimiento, el caos político da una imagen catastrófica de una Francia empantanada en la escena nacional e internacional.

Fuente: abc.es

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