
«El caos se apoderó del nuevo sistema de distribución de ayuda de la Gaza Humanitarian Foundation (GHF) y miles de gazatíes hambrientos rompieron las verjas de seguridad y se hicieron con toda la comida que pudieron en uno de los puntos de distribución habilitados por el ejército de Israel. Los mercenarios estadounidenses responsables de la distribución salieron a la carrera, se escucharon disparos y el ejército israelí tuvo que intervenir para sacarles de allí. La GHF, organismo creado para reemplazar a la ONU y al resto de organizaciones humanitarias desplegadas en Gaza, emitió un comunicado en el que explicó que «en un momento dado, al final de la tarde, la afluencia de personas era tal que el equipo de GHF se replegó para permitir que un pequeño número de gazatíes se llevara la ayuda de forma segura y se dispersara». Ese «pequeño número», como se aprecia en las imágenes, era en realidad una multitud formada por miles de personas sometidas a un bloqueo medieval desde hace dos meses y medio. Los responsables de la fundación, cuyo director general dimitió el día de su estreno por considerar que «no se adhiere a los principios humanitarios», aseguraron que volvieron a estar operativos tras el asalto masivo. Al final de la jornada informaron de la distribución de «8.000 cajas de comida. Cada caja alimenta a 5,5 personas durante 3,5 días, lo que suma un total de 462.000 comidas». Fuentes de seguridad israelíes confirmaron a la Radio del Ejército que los mercenarios perdieron el control de la situación y dispararon al aire para intentar dispersar a la multitud. El ejército informó a primera hora del día de la apertura de dos puntos de distribución de ayuda en la zona de Rafah. Pronto se difundieron las primeras imágenes aéreas de gazatíes que comenzaban a hacer cola en una especie de jaulas que daban acceso a los puntos de reparto. Al principio todo discurría con aparente calma e incluso la GHF acusó a Hamás de poner obstáculos a la población para acceder a los puntos de ayuda. Con el paso de las horas comenzó a llegar más y más gente ansiosa por llevarse algo a la boca después de haber tenido que recorrer kilómetros a pie para llegar allí y estalló el caos. El objetivo de este nuevo sistema, según Israel, es evitar que la ayuda caiga en manos de los islamistas, a quienes acusa de hacer negocio con la comida.Noticia Relacionada estandar Si Dimite por «principios humanitarios» el presidente de la empresa encargada del reparto de ayuda en Gaza Mikel AyestaranEsta fundación, que cuenta con el respaldo de Estados Unidos e Israel, está formada por «un puñado de organizaciones privadas recién formadas con historias oscuras y patrocinadores financieros desconocidos», según la investigación elaborada por ‘The New York Times’. La ONU advierten que este nuevo sistema de reparto de ayuda «podría poner en peligro a la población civil al obligarla a caminar kilómetros, a través de las líneas militares israelíes, para obtener alimentos». El cocinero José Andrés, que llevaba meses dando comidas en Gaza de la mano de la World Central Kitchen (WCK), ahora parada por la falta de suministro, escirbió en su cuenta de X que «la GHF ha dejado a los palestinos sin comida. Quienes la crearon son egoístas. Y ahora, como la gente tiene mucha hambre, irrumpieron en el centro de distribución dañando la valla. Parece que un helicóptero empezó a disparar… El sistema de cocinas de WCK es el camino… Palestinos alimentando a palestinos». Diálogo en El CairoLas imágenes del hambre en Rafah protagonizaron una jornada en la que Israel y Hamás retomaron el diálogo indirecto en El Cairo. El diario emiratí The National desveló que ahora funciona lo que algunos medios israelíes llaman el «canal secreto», el contacto directo entre Estados Unidos y los islamistas a través del empresario palestino-americano Bishara Bahbah, cercano a Donald Trump. Sobre la mesa hay una nueva versión ligeramente modificada de una propuesta previa para una tregua de 70 días y la liberación de 10 rehenes. Desde ambos lados han llegado mensajes contradictorios, Hamás aseguró que aceptaba la última propuesta de Steve Witkoff, pero los estadounidenses e israelíes lo negaron.
Fuente: abc.es