
«Arranca una nueva era en Siria y en Oriente Próximo. Tras once días de operación relámpago, las fuerzas de la oposición llegaron a Damasco desde el norte y sur y se consumó el derrocamiento del régimen de Bashar Al Assad. Tras una noche histórica, los opositores se hicieron con Homs y de allí saltaron a la capital sin encontrar oposición por parte del ejército. A media tarde, el comandante de Hayat Tahrir Al Sham (HTS), Mohamed Al Golani, llegó a la ciudad y proclamó la victoria desde el interior de la Gran Mezquita de los Omeyas. El ex líder del brazo de Al Qaida en Siria fue aclamado como un héroe y su imagen alzándose sobre la multitud que abarrotaba el templo se convierte en la imagen de los nuevos tiempos que llegan al país. Este hombre de 43 años tiene el destino de Siria en sus manos y la idea clave de su primer discurso en Damasco fue: «Una Siria para todos los sirios».A diferencia de lo que vaticinaban expertos y analistas, no hubo ningún baño de sangre y la caída del régimen se recibió entre gritos de alegría. Bastante sangre se derramó en los trece años de guerra que ha sufrido Siria, más de una década de conflicto que deja además millones de desplazados y refugiados en países extranjeros . Miles de personas se echaron a las calles para celebrar un momento histórico en el que la mayoría de disparos que se escucharon fueron salvas al cielo de felicidad. Las mayores explosiones fueron causadas por bombardeos de Israel contra bases y aeropuertos militares, que el Estado judío argumentó como medidas necesarias para evitar que los grupos armados se hicieran con armamento que pudiera ser una amenaza para ellos.Estatuas al sueloLas estatuas de Hafez Al Assad cayeron, padre de la Siria moderna y del ya ex presidente, la población arremetió contra los omnipresentes retratos de Bashar y se izó la bandera verde, blanca y roja de la revolución. Uno de los primeros lugares en Damasco que vivieron el cambio fue la radio televisión siria, en la que los opositores cortaron la emisión para informar a todo el país en directo de la caída del régimen. Se pasó en un segundo de la propaganda y odas a favor del régimen, a la nueva realidad. El mensaje que leyeron ante las cámaras fue histórico: «La ciudad de Damasco ha sido liberada, el tirano Bashar Al Assad ha sido derrocado». Alto y claro.«Todo es muy confuso , hay una mezcla de alegría con incertidumbre sobre lo que nos espera», en palabra de Maher, periodista sirio que ha cubierto toda la guerra desde el lado bajo control del gobierno y ahora se enfrenta, como todos los sirios, a una situación desconocida. Las primeras medidas prácticas adoptadas por las nuevas autoridades fueron la apertura de puertas en cárceles, la orden de no atacar a ministerios e instituciones públicas, el establecimiento de un toque de queda nocturno en la ciudad y el anuncio de que, Mohamad Al Jallali, primer ministro del anterior gobierno, seguiría en el puesto de forma interina. Parece que los sirios tomaron buena nota del caos en Irak tras la caída de Sadam Hussein y la ilegalización del partido Baaz y quieren evitar una situación de ese tipo ya que ambos países tienen muchas similitudes en cuanto al tipo de régimen que han sufrido y la presencia de diversas confesiones y etnias. No se produjeron saqueos masivos, como en Bagdad, pero sí un asalto colectivo a la Embajada de Irán, situada en el barrio de Mezze cerca de otras legaciones como la española. Allí la gente descargó su ira contra las imágenes de Ali Jamenei o Hasán Nasrala, secretario general de Hizbolá asesinado por Israel. La república islámica, sobre todo a través de la milicia chií libanesa, fue uno de los sustentos clave del régimen depuesto. Con el cambio en Damasco, el futuro del conocido como «eje de la resistencia» que formaron los iraníes queda en el aire y el apoyo a Hizbolá en Líbano será muy complicado. Transición pacíficaEl comando central de operaciones emitió un comunicado para dejar claro que «todas las instituciones gubernamentales, organizaciones internacionales y oficinas de las Naciones Unidas que operan en nuestra tierra son instituciones al servicio del pueblo. Es nuestro deber proteger, preservar y asegurar la continuidad de su trabajo». Además de una transición pacífica, los opositores aseguraron que buscan recuperar las buenas relaciones con los vecinos y la comunidad internacional. El papel que rusos e iraníes ocupaban en el anterior régimen recaerá ahora sobre los turcos, el gran soporte de una insurgencia en la que la punta de lanza es islamista. El ministro de Exteriores de Turquía, Hakan Fidan, instó a todos los actores en la región a «actuar con calma y cuidado, ya que la región no debe verse arrastrada a una mayor inestabilidad» y dijo que su país «otorga gran importancia a la unidad nacional, la soberanía y la integridad territorial de Siria». Fidan puso sobre la mesa una amenaza muy presente en la nueva Siria como son los miembros del grupo yihadista Estado Islámico (EI), expertos en aprovechar el vacío de poder. Sin rastro de AssadEntre tantas muestras de alegría una de las preguntas que se formulaban los sirios era sobre el paradero del ex presidente. No tardaron en aparecer en redes sociales las imágenes de su increíble parque móvil en el palacio y los opositores se fotografiaron en los lujosos salones donde el ex dictador recibía a las visitas. El ministerio de Exteriores de Rusia informó de su salida del país a bordo de un avión tras haber dado órdenes de llevar a cabo una transición pacífica. Algunos medios le situaron en Emiratos Árabes Unidos, otros en Moscú… y fuentes sirias señalaron que Assad habría muerto tras caerse el avión en el que huía del país. No hubo confirmación oficial sobre el paradero de la persona que permaneció al frente del país desde el año 2000. Vista la reacción popular, nadie le echó de menos
Fuente: abc.es